En las Filipinas, las fiestas de Navidad terminan con las procesiones en honor de una antigua estatua que representa al Niño Jesús, primer signo del cristianismo, que los habitantes del archipiélago recibieron en el siglo XVI.
Durante estas celebraciones del "Santo Niño", la Comunidad de Sant'Egidio ha querido conmemorar el primer aniversario de la visita del papa Francisco a la ciudad de Tacloban, que el pontífice insistió en visitar después de que el tifón Yolanda provocara muerte y destrucción.
Tras la liturgia celebrada en la parroquia de San Agustín de Matlan, a unas seis horas de viaje desde Tacloban, una delegación de la Comunidad de Manila y de Cebu visitó el pueblo "adoptado" tras la tragedia de 2013. En estos años Sant'Egidio ha intensificado la colaboración estrechando los lazos de amistad con la población local, mediante frecuentes visitas y el envío de ayuda humanitaria.
Queriendo ampliar geográficamente el espíritu de la Navidad de la misericordia hasta aquella isla, una periferia lejana y con zonas de difícil acceso, 175 niños de infantil y primaria recibieron un paquete con material escolar que habían recogido estudiantes de Filipinas y de Hong Kong. Todos los niños van a la "School of Peace and Hope" que Sant'Egidio reconstruyó tras el tifón, como señal de paz y de esperanza para el país. El arzobispo de la diócesis de Palo, monseñor Du, recibió a la delegación de Sant'Egidio y les transmitió su afecto por la Comunidad, al tiempo que proponía nuevas formas de colaboración.
Los profesores y el personal de la escuela dieron las gracias por la fidelidad y la proximidad ininterrumpida a las víctimas del tifón, especialmente a los niños de Matlang que quieren que la amistad continúe creciendo con el mismo entusiasmo.
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