Tras el largo periodo de huelgas de miles y miles de mineros, en la zona de Marikana, en el noroeste de Sudáfrica, hace dos años, el 16 de agosto de 2012 se produjeron violentos enfrentamientos que provocaron la muerte de 34 personas. Sus familias, privadas de la única fuente de sustento que tenían, todavía viven hoy en condiciones de gran pobreza.
Las Comunidad de Sant'Egidio de Pretoria y de Johannesburgo, con el apoyo de mucha gente, recogieron ayuda –productos alimentarios y material de higiene personal y doméstica– para las familias de los que perdieron la vida.
Por eso, en los días pasados, en el segundo aniversario de la masacre, una delegación de Sant'Egidio fue a Marikana y con la ayuda del obispo local y de la parroquia católica repartió la ayuda entre 31 viudas de mineros y sus hijos, visitando sus pobres viviendas y haciendo fiesta con los más pequeños.
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