El número de refugiados que han llegado a la República Checa todavía no es muy elevado, pero las Comunidad de Sant’Egidio de la República Checa están al lado de los refugiados y trabajan para transmitir, entre la sociedad y en la Iglesia, las razones de la acogida hacia los que huyen de la guerra.
Estos meses ha crecido la amistad con los refugiados que están alojados en el centro de acogida de Kostelec nad Orlicí, a unos cien kilómetros de Praga. Allí viven 160 personas que han solicitado asilo político, y que provienen de Siria, Iraq, Ucrania, Kirguistán, Nigeria y otros países.
El 20 de septiembre, para los residentes en el centro de acogida fue un gran día de alegría y de fiesta con Sant'Egidio. Bailaron, cantaron y, sobre todo, vivieron juntos en amistad. Samir, un joven sirio, dijo: "Gracias por venir y tratarnos con respeto. Necesitamos ver que al menos alguien nos sonríe, no nos rechaza y habla con nosotros. Eso nos da fuerzas y esperanza".
Participaron también en la fiesta algunos representantes de parroquias de Praga, que pidieron ayuda a la Comunidad para aplicar la invitación del papa Francisco de acoger a los refugiados.
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