Ese es el título de la “lección especial” impartida el pasado 3 de marzo, en ocasión del primer aniversario de la muerte del ministro paquistaní de minorías religiosas. Participaron unos treinta paquistaníes, hombres y mujeres de religión musulmana, estudiantes de la Escuela de lengua y cultura italiana que la Comunidad abrió en Novara hace más de veinte años.
Desde hace algunos años, efectivamente, una numerosa comunidad paquistaní vive en el populoso y multiétnico barrio periférico de Sant’Agabio. Durante el encuentro se recordaron, a través de algunas imágenes, los momentos más destacados de la vida de Shahbaz Bhatti, hasta su trágico asesinato; se habló de un sueño, el de un Pakistán y de un mundo en el que haya espacio para todos, en el que todos puedan vivir pacíficamente y en armonía, unos junto a otros.
Al finalizar el encuentro algunos jóvenes paquistaníes, agradeciendo a la Comunidad por el amor que demuestra por su país, recordaron los vínculos de amistad que hicieron en Pakistán con algunos cristianos coetáneos suyos, sobre todo durante los estudios universitarios. “Cuando mi madre estaba muy enferma –añadió Kashif– los cristianos de mi país estuvieron a mi lado, y yo eso no lo olvidaré nunca”. Emocionados por el extraordinario testimonio de Bhatti, escucharon con mucho interés algunas palabras de su Testamento espiritual, reconociendo en él a un maestro de diálogo y de paz que tiene mucho que enseñar a todos, cristianos y musulmanes. |