Han terminado con el recuerdo de William Quijano – el joven de la Comunidad de Sant'Egidio asesinado por las maras en El Salvador, por su trabajo con los niños de los barrios pobres de su ciudad– las colonias de las Escuelas de la Paz de Génova, Pavia y Cuneo.
Unas vacaciones de una semana, con juegos, excursiones, paseos en caballo y fiestas en las que han participado más de ciento cincuenta niños, entre los que había muchos hijos de inmigrantes, gitanos, y jóvenes de la periferia de Génova. Es una de las numerosas iniciativas de la Comunidad de Sant’Egidio para el verano: un verano que es cada vez más un momento de solidaridad, de construir una sociedad para vivir juntos.
Junto a ellos, unos sesenta jóvenes –de instituto y universidad– acompañaron a sus amigos más pequeños en todo momento.
Todos se plantearon el tema de la paz: “porque muchos países sufren por la guerra”, explica Diana, que tiene seis años y viene del Ecuador. “Pero también, porque nuestros barrios están llenos de violencia y la gente, a veces, tiene el corazón de piedra”, puntualiza Marco, de diez años.
Tras una semana de encuentros y un atento debate, los jóvenes quisieron recoger sus reflexiones en un llamamiento de paz para llevar a los barrios y a las escuelas: “como William, también nosotros queremos ser embajadores de paz –explicaron– porque la violencia es como una enfermedad y la única medicina capaz de curarla es la amistad”.
Así, la última tarde, antes del gran final con cantos, bailes y fuegos artificiales, cada uno de los niños firmó el llamamiento. Luego todos se pusieron a bailar juntos el himno de todas las colonias. Con un título que es todo un programa: «es el momento de la paz».
Llamamiento por la paz escrito por los jóvenes de las Escuelas de la Paz (PDF) >
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