Los 20 años de la paz en Mozambique - firmada en Sant’Egidio el 4 de octubre de 1992 - una paz que acababa con la sangrienta guerra civil que duró más de 16 años - ha sido el tema de un panel titulado: “Hacer la paz, un campo abierto a todos”, en el marco del XXVI encuentro de diálogo interreligioso organizado en Sarajevo por la Comunidad de Sant’Egidio.
Uno de los mediadores de las tratativas de paz, Matteo Zuppi, ahora obispo auxiliar de Roma, relató los acontecimientos de esa época, recordando como el Espíritu de Asís y la Oración por la Paz fueron las raíces del esfuerzo de paz que se puso en marcha por Mozambique. Porque “rezar por la paz es sembrar cuando es invierno”, abriendo nuevos espacios de esperanza y de inteligencia, también cuando todo parece difícil.
Zuppi insistió en dos “sentimientos” que hicieron posible la paz del ’92. La unidad, que hizo buscar lazos y apoyos. Y la esperanza, que se mantuvo viva a pesar de los profetas de fatalidades de los cuales ya Juan XXIII hablaba hace 50 años. “La gramática de la unidad y de la esperanza puede no ser fácil de poner en práctica”, concluyó Zuppi, pero es el único camino posible si no se quiere dar por vencido. “Celebrar la paz en Mozambique significa entender que realmente la paz es un campo abierto a todos, y que necesita entrar con paciencia en la complejidad de la historia y de los problemas para buscar y encontrar las soluciones“. Una lección de gran importancia en Mozambique, Bosnia, en muchas otras partes del mundo.
Recordar los 20 años de la paz en Mozambique es una manera de mirar hacia tantas partes del mundo. Rincones del planeta que cultivan también un sueño de esperanza y reconciliación. Intervinieron Din Syamsuddin, Presidente del Comité central de la Muhammadiyah, gran asociación musulmana indonesia, que hizo hincapié en como la religión debe servir como fundamento sólido de cada paz. Jesús Delgado, Vicario general de San Salvador, que fue secretario personal de mons. Romero, quiso recordar el trabajo por la paz del sucesor del obispo mártir, mons. Arturo Rivera y Damas. Y finalmente dos representantes de Oriente Medio. Un israelí palestino, Elias Chacour, arzobispo de Akka, en Galilea, quien dio un testimonio de búsqueda de la unidad y la paz en Tierra Santa, diciendo "las armas no dan respuestas, sólo crean nuevos enemigos”. Y un libanés, el arzobispo Cyrille Salim Bustros, que manifestó la esperanza que la próxima visita del Papa en su país lleve un mensaje de paz entre las religiones. Y añadió: “Nosotros hombres de religión, somos responsables de Dios, en un cierto sentido; debemos sentir la responsabilidad de cómo hablamos a Dios”. |