La Comunidad de Sant’Egidio, al tiempo que manifiesta su dolor por la dramática muerte accidental de dos personas víctimas de un incendio en el paso subterráneo de Corso Italia de Roma, declara que hay que aumentar los esfuerzos para responder a una situación de marginación que con el invierno y con la crisis económica ha ido aumentando.
En los recorridos que hace para repartir comida y bebida caliente, mantas y ropa, la Comunidad de Sant’Egidio entra en contacto con una realidad de sufrimiento que deben soportar al menos 1.500 personas, que se ven obligadas a vivir en la calle o en lugares totalmente provisionales, y a menudo deben refugiarse en lugares apartados y poco transitados, luchando contra el frío con instrumentos improvisados y contrarios a toda lógica de seguridad.
La colaboración desde hace años con el ayuntamiento y con otras organizaciones de voluntariado nos permite constatar que ha aumentado la necesidad de responder a tiempos extraordinarios con medidas extraordinarias.
En Roma hay 2.800 camas para personas sin techo durante el invierno. Más de la mitad de las camas las ofrecen organismos privados (parroquias, voluntariado, organismos de beneficencia, etc). Durante los meses de invierno el ayuntamiento de Roma gestiona poco menos de la mitad del total, incluyendo también las camas para refugiados políticos.
Todo ello representa ya un esfuerzo importante, pero por desgracia todavía no es suficiente para hacer frente a una realidad de sufrimiento que se ha agravado en las últimas semanas.
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