Barcelona, una gran ciudad multiétnica, quiso recordar en la oración "Morir de Esperanza" a todos los inmigrantes que han perdido la vida en los terribles viajes hacia Europa.
Muchas personas, asociaciones, grupos y jóvenes inmigrantes, en la Basílica de Sant Just i Pastor, leyeron y escucharon los nombres de hombres, mujeres y niños que dejaron su tierra con la esperanza de huir de las guerras, las enfermedades y la imposibilidad de un futuro, pero que después encontraron la muerte en la travesía del desierto o del Mediterráneo.
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