“No hay guerras santas, lo único santo es la paz”, dijo Jaime Aguilar, Responsable de la Comunidad San Egidio en El Salvador quien participó de la “oración por la paz” con motivo de acompañar las acciones del Papa Francisco.
Durante la concentración, al orar por la paz, celebraron que el Papa Francisco I clamara erradicar la “indiferencia” hacia los pobres, migrantes y jóvenes, para construir una sociedad más solidaria.
La oración por la paz, fue iniciativa del Papa Juan Pablo II, que en 1986 invitó a un pequeño grupo de responsables de religiones en el mundo, en la ciudad de Asis, provincia de Perusa, Italia, con el objetivo de rezar por la paz, mientras se desarrollaba la “Guerra Fría” con muchas dificultades en el mundo.
“En aquél tiempo este gesto fue muy importante y logró tanto que muchos se quedaron entusiasmados, porque puso en perspectiva que las religiones no quieren la guerra, sino por el contrario la paz”, adujo.
La Comunidad San Egidio, explicó Aguilar, retomó esta oración desde 1987, con el fin de ir construyendo una barrera contra los males de la guerra, que lo primero que genera es la pobreza y la exclusión social.
“Esto no es solo un momento religioso, es un momento cultural y se enlaza con el mundo diplomático, con el mundo no creyente y humanistas -este espacio creado- dio paso a una experiencia donde hubo intercambio de ideas, entre todos los que estaban involucrados. El Papa Francisco está luchando mucho, precisamente para ayudar a las religiones para que se frene todo tipo de violencia con un discurso de inclusión con todos”, afirmó.
El Papa Francisco, en el trigésimo aniversario de la “Oración por la Paz” resaltó que en los últimos tiempos se ha tomado a la religión como motivo de atentados, lo que debe ser descartado y dar paso a procesos de convivencia.
“Las religiones no están a favor de estos atentados, por el contrario están a favor de la Paz y el Santo Padre ha resaltado este pensamiento de buscar un camino de respeto, armonía y es necesario -que de una u otra manera- las religiones cambien el rumbo de la situación y marcar la historia y hacia este rumbo va la Oración de la Paz”, acotó.
En cuanto al contexto nacional, Jaime Aguilar agregó que en el país resalta la violencia juvenil que se enmarca en los resabios de una guerra civil que lamentablemente dividió, empobreció y enluto al país.
“Hemos encontrado en nuestro trabajo, en los barrios pobres y marginales de San Salvador, que muchos jóvenes no están educados a la paz, no hubo seguimiento en tiempos de paz. Para nosotros es importante educar a los jóvenes para la paz y la sociedad, que no sean indiferentes, queremos vivir cercanos a ellos y hablar de esperanza, de paz y lograr que comprendan que pueden vivir sin violencia. Son signos que creemos importantes”, puntualizó.
Gloria Silvia Orellana
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