Un grupo de 30 refugiados sirios, entre ellos una decena de niños, llegó hoy a Roma gracias a los llamados "corredores humanitarios", un proyecto que traslada a refugiados a Europa en condiciones de seguridad y que ya se aplica en Italia, Francia y Bélgica.

Los refugiados, en su mayoría familias, se encontraban en campos de Líbano y son el primer grupo de las 1.000 personas que esta iniciativa pretende traer a Europa hasta 2019.

Los refugiados llegaron por la mañana al aeropuerto romano de Fiumicino y fueron recibidos por el presidente de la Comunidad de San Egidio, Marco Impagliazzo, el presidente de la Federación de las Iglesias evangélicas en Italia, Luca Maria Negro, y el viceministro de Asuntos Exteriores, Mario Giro, entre otros.

"Os pedimos que nos adoptéis como hermanos y hermanas porque el hecho de que estéis aquí no es por casualidad (...). Es fruto de una reflexión sobre cómo responder al drama de la guerra de modo razonable y eficaz", dijo Giro en una rueda de prensa.

"Los pasillos humanitarios" es un proyecto impulsado por la Comunidad católica de San Egidio, la Federación de las Iglesias evangélicas y la Iglesia Valdese, que ofrece a estas personas que huyen de sus países en conflicto vías legales y seguras para llegar a Europa, para evitar así que se pongan en manos de traficantes de personas.

Una vez en el Viejo Continente, reciben asistencia diaria, viven en parroquias, institutos religiosos, apartamentos privados o con familias, aprenden el idioma y las costumbres, e inician un proceso de integración social y laboral en el país de acogida.

El primer acuerdo de estos "corredores humanitarios" se firmó en Italia en diciembre de 2015 y permitió hasta 2017 traer al país 1.000 refugiados.

El pacto fue renovado con las autoridades italianas en noviembre de 2017 para volver a repetir esta cifra hasta 2019.

La llegada de estos 30 sirios a Roma se produce un día después de que otro grupo de 40 refugiados viajara a París también con estos "pasillos humanitarios". EFE