Comunità di Sant

Las Fronteras del Di�logo:
religiones y civilizaciones en el nuevo siglo

Encuentro Internacional Hombres y Religiones - Barcelona 2 - 3- 4 de septiembre de 2001


 Martes 4 de septiembre 2001
Piazza della Cattedrale
Ceremonia Final

Andrea Riccardi
Comunidad de Sant�Egidio, Italia

   


Ilustres representantes de las Iglesias Cristianas y de las grandes religiones mundiales,

El clima verdadero y caluroso de Catalu�a ha hecho madurar el di�logo y el amor en las orillas de este Mediterr�neo entre gente de cultura y de religiones distintas. Las diferencias contin�an; los problemas y los conflictos no faltan en el mundo. Pero nadie est� excluido del di�logo para afrontarlos. Porque buscamos la paz verdadera, en todas sus dimensiones, la paz del coraz�n, la de la comunidad, la que pone fin a los conflictos, la del ecumenismo cristiano que lleva a la unidad, la paz del respeto del otro, la de la solidaridad que no margina a los continentes o a los m�s pobres. Hay que cambiar de mentalidad para hacer crecer la paz con el otro, con aquel que est� lejos, con el ambiente natural. La paz crece tambi�n en un uso equitativo de los recursos, para que los pobres dejen de ser pobres y para no dejar a las generaciones de ma�ana un mundo invivible. La paz parece dif�cil en un mundo complejo y contradictorio, pero no es imposible.

De As�s, en 1986, sale un camino. Juan Pablo II lo indic� y hace llegar a cada etapa de este peregrinaje su mensaje y su apoyo. Libremente, mujeres y hombres de religiones distintas se han comprometido en este camino de oraci�n, de di�logo y de paz. Estamos aqu� hoy, al t�rmino de tres intensos d�as de di�logo, de amistad y de encuentro entre la gente acogedora de Barcelona, a la que queremos expresar nuestra gratitud. Hemos rezado en lugares distintos seg�n las distintas tradiciones religiosas, uno al lado del otro. Ahora nos encontramos en la proclamaci�n de la paz a la luz de las tradiciones religiosas, despu�s de haber contemplado su valor en Dios.

La oraci�n de estos d�as nos pide a todos una audacia m�s grande. Una audacia en el sentido de comunicar, de construir la paz en un mundo en el que personas distintas viven juntas. Pero tambi�n una audacia espiritual: la de vivir la fe, la de interrogarnos sobre nuestra vida, ante Dios, en busca de una espiritualidad profunda, que desarma los corazones y enriquece de amor. A la espiritualidad profunda le corresponder� �estoy seguro- una paz m�s estable entre los hombres, capaz de inquietar los dise�os de los violentos, de desarmar y de promover el encuentro.

Para la Comunidad de Sant�Egidio la paz es un camino de fe, pero tambi�n de solidaridad cotidiana con los pobres, de amistad como modo de ser en medio de todos.

Creemos que Dios no quiere que los hombre y los pueblos sean presos de la violencia, del odio y de la guerra. Ha puesto en las manos de los hombres la gran posibilidad de ser libres en la paz, de construir la paz, de dar la paz. Esta paz es una responsabilidad y un deber de todos nosotros.

Surge, pues, un sue�o. Quiz�s s�lo un sue�o. Pero es un sue�o por el que vale la pena vivir. Que la paz conquiste nuestros corazones. Que baje hasta las profundidades de la tierra. Que haga cesar toda violencia. Que crezca en el di�logo abierto y razonable respetando todas las identidades humanas. Que llegue la paz a todos nuestros corazones. A toda Espa�a; a toda Europa. A lo largo de las orillas del Mediterr�neo. A Jerusal�n y a Tierra Santa. A �frica. A los pa�ses que est�n representados aqu�. A aquellos que no tienen voz. Que llegue la paz a todo el mundo. Que la paz viva en la fe, en la buena voluntad, en el di�logo, en la justicia, durante todo el siglo que se ha abierto. Esto es un deseo, pero sobre todo es nuestra oraci�n.