Han pasado 71 años desde aquel trágico 30 de enero de 1944, día en el que más de 600 judíos fueron forzados a entrar en los vagones de aquel tren, que luego salió desde el andén 21 de la Estación Central de Milán con destino a Auschwitz. Liliana Segre, milanesa, tenía 13 años cuando subió a aquel tren: "Era una jovencita como cualquier otra pero era culpable de ser judía". Así lo recordó ayer durante la conmemoración en el Andén 21 de la Estación Central, organizada por la Comunidad de Sant'Egidio junto a la comunidad judía de Milán. La historia de su deportación, junto a su querido padre Alberto, en el convoy de la RSHA (Oficina Central de Seguridad del Reich), emocionó a un público muy numeroso, en gran parte formado por jóvenes estudiantes, que escucharon su firme llamamiento contra la indiferencia.
Desde 1997 la Comunidad de Sant’Egidio, con la comunidad judía de Milán, renueva este recuerdo volviendo cada año al piso subterráneo de la Estación, justo en el lugar desde el que partieron los convoyes de los deportados hacia los campos de exterminio. Actualmente, en el lugar donde estaba el andén 21, se erige el Memorial de la Shoá de Milán.
"Recordar es un imperativo. No es solo evocar el pasado sino interrogarse también sobre el presente", dijo Marco Impagliazzo, presidente de la Comunidad de Sant'Egidio, que añadió: " Hay que trabajar de manera eficaz en la integración en Italia para evitar que el racismo, el antisemitismo y el desprecio excluyan a algunas comunidades de la vida social. El verdadero camino para la integración es el de una sociedad de convivir, el único camino que puede superar toda forma de racismo y de desprecio".
Estaban presentes también la teniente de alcalde de Milán, Ada Lucia De Cesaris, y el rabino jefe de Milán, Rav Alfonso Arbib.
Además, Sumaya Abdel Qader, exponente de una de las comunidades musulmanas de Milán, invito a mirar al futuro para que este siglo pueda ser el siglo de la valentía de quien no acepta el horror y la injusticia, e invitó a basarse en la valentía para afrontar y luchar contra las injusticias.
Las notas de Jovica Jovic, música gitana, acompañaron el encuentro recordando el exterminio de los gitanos rom y sinti. |