Tras los graves enfrentamientos producidos hace 5 días en Maguindanao, en el sur de las Filipinas, la mesa de negociación que llevó a la firma del acuerdo de paz del 27 de marzo pasado entre el Gobierno filipino y el MILF se reunió de inmediato en Kuala Lumpur para que el proceso de normalización en curso en el país no sufriera un retroceso.
Desde la firma del acuerdo no se habían producido enfrentamientos armados, y la población había manifestado de varias maneras su voluntad popular de paz. También el papa Francisco, en su reciente visita a las Filipinas, había alentado la continuación del proceso de paz.
La Comunidad de Sant'Egidio es miembro oficial del Grupo Internacional de Contacto, un órgano oficial de las negociaciones de paz, que reúne a varias organizaciones internacionales y que tiene la función de facilitar y acompañar los contactos entre las partes.
En estos días el delegado de la Comunidad, Alberto Quattrucci, participa en los coloquios de Malasia, en los que emerge una fuerte voluntad tanto por parte del Gobierno de Manila como de los representantes de la región de Mindanano (Bangsamoro) de superar este incidente, cuyas causas no están claras y tal vez sean ajenas al proceso de paz, y reanudar el camino de normalización que todos desean.
En ese sentido hay que leer la declaración conjunta publicada ayer, en la que ambas partes condenan el uso de la violencia y se comprometen a afianzar la seguridad en el marco del objetivo común de reconciliación.
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