Por cada país afectado por la guerra o la violencia se enciende una vela. Sucede cada mes en Santa Maria in Trastevere y en todas las Comunidades de Sant'Egidio del mundo, en la oración por la paz, una oración "geográfica" que quiere llegar a todos los lugares que sufren.
Ayer por la tarde, la oración, dedicada especialmente a la paz en Colombia, contó con la participación de obispos y cardenales de todo el mundo: son los padres sinodales que están en Roma para los trabajos del sínodo sobre la familia y con frecuencia participan en estos días en la oración de la tarde. Fueron los obispos, los que encendieron las velas que recordaban los países en guerra.
A menudo son los países de sus diócesis, con los que comparten dolores y esperanzas. Y la invocación de la Comunidad es para cada uno de ellos un motivo de consuelo y de aliento.
Presidió la oración el cardenal de Bogotá, el cardenal Rubén Salazar Gómez. Estaban presentes, entre otros, el cardenal Ouédraugo (Burkina Faso), el cardenal Sturla Berhouet (Uruguay), el cardenal Njue (Kenya), mons. Mitsuaki Takami (Japón), mons. Núñez (Guatemala), mons. Suharyo Hardjoatmodjo (Indonesia), mons. Msusa (Malawi), mons. Dembélé (Mali), mons. Chimoio (Mozambique), mons. Odama (Uganda) y mons. Bui Van Doc (Vietnam). |