La Comunidad de Sant'Egidio de París manifiesta su emoción por los numerosos mensajes de amistad y de cariño que han recibido de las Comunidades de todo el mundo tras los terribles ataques que el viernes pasado en París provocaron 129 muertos y varios cientos de heridos, y que sembraron el miedo en el corazón y en la mente de muchas personas de París, Francia y muchos países de Europa y del mundo.
Desde Indonesia, rodeado por los amigos de Sant'Egidio de Yakarta, Andrea Riccardi quiso enviar un fuerte mensaje de proximidad y de solidaridad en nombre de toda la Comunidad de Sant'Egidio, que en este momento doloroso se une a París en la oración.
Llegaron mensajes de solidaridad de muchos otros lugares: Italia, Bélgica, Alemania, España, Argentina, República Democrática del Congo, Ucrania, Polonia, Hungría, Rusia, Argentina, Estados Unidos, Filipinas, Guinea, Costa de Marfil, El Salvador, República Checa, Rumanía y muchos más. Son palabras de gran consuelo en estos días ofuscados por la tristeza, por la rabia y por el miedo.
Nos unimos a las palabras del cardenal André Vingt-Trois, arzobispo de París, que dijo: "Es urgente una respuesta de amor en este océano de odio". Una primera respuesta de amor de Sant'Egidio ha sido la oración por las víctimas y por la paz al día siguiente de los ataques, en Charenton-le-Pont, en la periferia de París. La oración se hizo en la capilla de Valmy (lugar de oración y de servicio a los sintecho de Bois de Vincennes) junto a los Jóvenes por la Paz, a sus familias y a muchos amigos de Sant'Egidio.
El domingo, la liturgia de la Comunidad celebrada en la capilla de San Bernardo de Montparnasse se dedicó especialmente a la paz: muchas personas participaron en la oración, a pesar del miedo de salir de casa en una París desierta.
La Comunidad de Sant'Egidio se opone a la lógica del terrorismo, no solo con la oración, sino a través del encuentro y la solidaridad, visitando a sus amigos más marginados, los ancianos, los niños y las personas sin casa. En este momento de dolor hemos querido afirmar con fuerza nuestro compromiso por la paz y por construir una sociedad de la convivencia.
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