Hace un año, justo en el día de los Santos Inocentes, moría Cintia, una niña de 8 años de la Escuela de la Paz de Villa 21, por una bala perdida durante unos enfrentamientos en el barrio, mientras jugaba en la calle delante de su casa.
"Que los niños nunca más tengan que sufrir por la violencia de los mayores". La vida truncada de Cintia suscitó una fuerte reacción de los vecinos.
Su madre y otras mujeres del barrio decidieron empezar a trabajar con la Comunidad de Sant'Egidio para difundir una nueva manera de pensar.
En el recuerdo de aquella pequeña víctima de la violencia, este año, por primera vez, se ha hecho la comida de Navidad con los pobres del barrio y, en el aniversario de su muerte, en medio de las casas, se ha celebrado una liturgia. |