El ministro italiano de Asuntos Exteriores, el Hon. Franco Frattini, visitó la Comunidad de Sant’Egidio donde se reunió con una delegación. Durante el encuentro se abordaron varios temas sobre la situación internacional, y en particular sobre las condiciones de las minorías cristianas en Oriente Medio y en Asia.
Tras reiterar la preocupación por la situación de muchas comunidades cristianas en Oriente, que la Comunidad sigue desde hace tiempo con la amistad y una profunda simpatía, el encuentro se ha centrado en la necesidad de la defensa del derecho a la libertad religiosa de todos, en particular de las minorías cristianas, desarrollando el diálogo con el diverso mundo del Islam, para que prevalgan las razones de una convivencia cada vez más necesaria, por un mundo pacífico y seguro.
Al concluir el encuentro, se ha firmó un “Acuerdo relativo a los lugares y actividades de carácter internacional de la Comunidad de Sant'Egidio en Italia y en el extranjero”.
El Ministerio de Asuntos Exteriores – se lee en el texto del acuerdo – reconoce que Sant’Egidio “es una institución internacional autorizada e independiente de cualquier afiliación política y particularismo nacional”.
El reconocimiento se ilustró con la larga enumeración de acciones que ha desarrollado desde hace décadas Sant’Egidio en el mundo: “trabaja para la prevención de las crisis humanitarias y las guerras internas y externas promoviendo encuentros y tractativas para la resolución pacífica de los conflictos, como también prueba la mediación entre las partes con el fin de llegar a una solución no contencionsa y sobre todo no violenta de los estados de beligerancia, declarados o que ya lo son; realiza intervenciones de diplomacia para que asuntos específicos encuentren una solución adequada en el respeto a los principios humanitarios, en particular con respecto a la detención de los individuos, en la ejecución de las condenas o en la toma de rehenes; está participando activamente en la lucha contra la pobreza y promueve amplios programas de ayuda e intervención en el campo de la cooperación, así como en el sanitario, social, y en el de los derechos humanos, especialmente en los países en vías de desarrollo”.
Gracias al acuerdo, el Ministerio se compromete a facilitar “las actividades con vocación internacional de la Comunidad en favor de la paz y la solidaridad que se desarrollen en Italia o en el extranjero, con su compromiso formal a respetar siempre la plena independencia, imparcialidad y neutralidad, así como la autonomía de la intervención de la Comunidad”.
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