El jueves 25 de abril, los socios del círculo náutico de Prà invitaron a almorzar a algunas familias gitanas que viven en roulottes y barracas a pocos cientos de metros. Entre ellos había también personas con problemas y un grupo de discapacitados mentales. Una gran comida que fue posible gracias a la colaboración entre el círculo náutico, las asociaciones "Il Pontile" y "Rilanciamo Genova" y la Comunidad de Sant'Egidio. "Vivimos muy cerca pero no nos conocemos", dijo el responsable de las actividades sociales de la asociación "Il pontile".
"Hoy es una oportunidad de unir mundos separados. Para conocerse. Cuando se habla de estas barracas se habla siempre de degradación, pero no es cierto, nos conocemos desde hace años y entre nosotros ha surgido una gran amistad. Sentarnos juntos en la misma mesa hace que estemos más cerca y que seamos más humanos, más atentos a las necesidades y a los problemas de los demás", dijo Giorgio Pupo, de la Comunidad de Sant'Egidio.
Los gitanos hace tiempo que viven en el barrio y siempre han sido considerados un problema y han sido motivo de duras protestas. En los últimos meses se han asentado cerca del círculo náutico, lugar de actividades deportivas, y cuyos socios realizan también actividades de voluntariado y solidaridad. La idea, en esta ocasión, consistió en encontrarse y conocerse mejor, para vencer los prejuicios y crear una convivencia amistosa en la vida de cada día.
"Lo único que queremos es ser considerados gente normal –dijo Cosmin– y hoy nos sentimos felices". |