Italia está a punto de empezar el semestre de presidencia de la Unión Europea en un momento particular tanto dentro de sus fronteras como para Europa, pues tiene la posibilidad y la capacidad de fomentar una política más eficaz en materia de asilo e inmigración, teniendo en cuenta también que es frontera del continente, del que es el principal puerto en el Mediterráneo.
• Se calcula que en los últimos 15 años 25.000 personas –entre ellas muchas mujeres y niños– han muerto por naufragio o por inanición durante la travesía. Quienes pasan los peligros del difícil viaje son en buena parte refugiados que tienen o deberían tener derecho a solicitar las medidas de protección previstas por el derecho internacional y reguladas por el sistema jurídico europeo de asilo.
• La llegada de refugiados refleja la geografía de las guerras y de la violencia difusa. Efectivamente, de las 42.215 personas que llegaron vivas a Italia en 2013 y de las más de 40.000 que han llegado desde el 1 de enero hasta mayo de 2014, 14.020 son sirias, 13.500 son eritreas y 4.200 son somalíes. Hay también muchos afganos, malienses, sudaneses y nigerianos.
TRAGEDIAS EN EL MAR NUNCA MÁS
Tras el trágico y emblemático episodio del 3 de octubre de 2013 en las aguas de Lampedusa, donde a causa del incendio y del hundimiento de un barco sobrecargado, murieron 366 refugiados mayoritariamente eritreos, entre los que había muchas mujeres y niños, y el posterior naufragio del 11 de octubre con decenas de víctimas y desaparecidos de origen sirio, Italia ha puesto en marcha una acción eficaz de vigilancia marítima, denominada Mare Nostrum, para socorrer a numerosas embarcaciones en apuros.
• Pedimos que la operación Mare Nostrum se mantenga durante el tiempo que haga falta, y solicitamos a la Unión Europea que la sostenga y la refuerce en el marco de las acciones europeas.
UNA SALA DE MANDOS EN ITALIA PARA UN SISTEMA DE ACOGIDA EFICAZ
Los solicitantes de asilo y los refugiados que llegan a Europa tienen derecho a una acogida digna y a la atención necesaria. Aunque su número haya registrado un relativo aumento –sobre todo a causa del trágico conflicto de Siria y de la prolongación de la situación de grave violación de derechos humanos y de inseguridad generalizada en otros países (como Eritrea, Somalia y Mali)– se trata de flujos que puede gestionar un país que en el pasado fue destino de flujos mayores de refugiados (a principio de los años 90 se concentraron las crisis humanitarias de Albania, Yugoslavia, Somalia, Curdistán y –poco después– Irak).
• Es necesario que haya un organismo autorizado que gestione las vías de acogida, que podría estar formado por una autoridad central con los poderes necesarios para distribuir a los refugiados en todo el territorio nacional; la primera acogida, de inmediata respuesta, podría darse teniendo en cuenta la capacidad de organización del ejército.
INSTITUIR UNA OFICINA EUROPEA DE ASILO Y DE INMIGRACIÓN EN LOS PAÍSES DE TRÁNSITO
• Hay que instituir en algunos países de la orilla sur del Mediterráneo oficinas europeas para la inmigración, mediante las cuales se pudiera abrir un canal humanitario europeo que libre a los refugiados de la necesidad de poner en peligro su vida en barcos de traficantes, y permitirles pedir protección en las embajadas europeas ya en algunos países de tránsito. Europa podría empezar, por ejemplo, por Marruecos, Etiopía y Sudán, que son algunos de los países de mayor tránsito de refugiados.
• Hay que hacer posible y facilitar la petición de visados de entrada con patrocinio y garantías por parte de familiares u organizaciones morales.
SOLIDARIDAD EUROPEA EN LA NUEVA GEOGRAFÍA DEL ASILO
Los artículos 67 y 80 del Tratado sobre el funcionamiento de la Unión disponen que en materia de inmigración y asilo, las políticas de la Unión "se rijan por el principio de solidaridad y de ecua repartición de la responsabilidad entre los Estados miembros".
• Pedimos a los responsables políticos europeos que apliquen totalmente este principio de solidaridad que actualmente no se aplica adecuadamente en el "Sistema Dublín".
Actualmente el solicitante de protección humanitaria está obligado a presentar solicitud y a establecerse en el primer país europeo de entrada; pero entre los refugiados que desembarcaron en Italia durante 2013 y que provenían de áreas de grave crisis humanitaria, el 65,5% pidió asilo en Italia, mientras que el 33,5% prefirió continuar el viaje hacia otros países europeos, intentando reunirse con sus familiares, parientes y compatriotas residentes allí. Para lograrlo en la mayoría de casos tuvieron que pasar por una situación de irregularidad que se podría evitar solo modificando el sistema vigente.
Hoy los flujos de refugiados que huyen de guerras y de persecuciones provienen mayoritariamente de África y de Oriente Medio y, por tanto, llegan a los países de Europa meridional donde reciben en gran parte reconocimiento y protección.
En algunos países de Europa central se concentra un gran número de solicitantes de asilo, provenientes de países europeos no comunitarios, pero a los que raramente se les concede legítimamente el derecho a recibir el estatus de protección internacional (en el segundo y en el cuarto lugar entre los países de proveniencia de los solicitantes de asilo están Rusia y Serbia).1
El sistema de asilo actual presenta el peligro de dejar en la zona meridional de Europa a aquellos que tienen derecho a protección internacional perjudicando la eficacia total de las políticas de ayuda humanitaria.
Así pues, es necesario que la Unión Europea fomente acciones eficaces de redistribución en todo el territorio de la Unión de los refugiados provenientes del norte de África que han desembarcado en los países del sur de Europa.
COOPERAR EFICAZMENTE PARA HACER REALIDAD LA INTEGRACIÓN EUROAFRICANA
El crecimiento económico de África es rápido pero caótico. Dicho crecimiento requiere la aportación de los países europeos y, por otra parte, constituye una oportunidad fenomenal para salir de la larga crisis que todavía dura. La cooperación con África, y en particular con algunos países de origen de los refugiados, constituye la respuesta más sensata ante la actual emergencia humanitaria y a los flujos desesperados de refugiados que se producen actualmente, al mismo tiempo que prepara un futuro de mayor integración económica, política y cultural entre ambos continentes.
• Por todo ello pedimos que se reserve mayor espacio a los grandes temas de la cooperación internacional tanto en las políticas nacionales como en las europeas.
1 Eurostat Communique de presse 24-03-2014n.46/2014 Demandes d’asile dans l’UE28 |