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Liberar a los prisioneros


Liberar a los prisioneros
La vida en la c�rcel
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La vida en la c�rcel 

La mayor parte de los detenidos en las c�rceles de Mozambique - el 60%, seg�n el Ministerio del Justicia - son j�venes menores de 25 a�os. El 39% tiene entre los 16 y los 18 a�os. Provienen de las zonas m�s pobres, las periferias de las ciudades o las aldeas de la selva. M�s de la mitad de ellos est�n en la c�rcel por "delitos menores" o bien por peque�os robos. 

Muchos no tienen ropa para cubrirse y permanecen con los mismos vestidos durante meses. Duermen en el suelo: s�lo algunos, los m�s afortunados, tienen a su disposici�n alguna estera. 

El jab�n es un g�nero de lujo, que llega s�lo dos o tres veces el a�o. 

La cantidad de comida es modesta. Casi en todos los sitios se come una sola vez al d�a: un plato de maicena de ma�z, a menudo sin ni siquiera sal y aceite. Si la familia est� lejos, o es demasiado pobre para llevarles vestidos y comida, corren el riesgo de caer en graves estados de desnutrici�n. Las condiciones higi�nicas tambi�n son p�simas.

 

Enfermar en la c�rcel

La vida en la c�rcel es un grave riesgo para la salud. La desnutrici�n es una primera e inmediata causa de debilitamiento y por lo tanto predispone a muchas enfermedades. Pero tambi�n la falta de espacio y la falta de medidas higi�nicas favorecen la aparici�n de patolog�as graves, como la tuberculosis o el c�lera, que llevan f�cilmente a la muerte. 

Por una peque�a culpa, por lo tanto, se arriesga la vida. La libertad, en los tiempos debidos, significa no s�lo mejorar la existencia, sino a menudo salvarla. 

Programas de ayuda a las c�rceles 

En las c�rceles de muchas ciudades de Mozambique como Pemba, Lichinga, Cuamba, Quelimane, Beira, las Comunidades de Sant'Egidio locales est�n presentes desde hace m�s de 5 a�os. Trabajan para mejorar la vida de los presos, para garantizar y promover el respeto de los derechos humanos, emprender proyectos de formaci�n y rehabilitaci�n, para prevenir el regreso a c�rcel. Pero tambi�n tratan de asegurar los derechos fundamentales de cada hombre y mujer, para garantizar la supervivencia y la dignidad: alimentarse, vestirse, cuidar la higiene. 
La intervenci�n de la Comunidad se ha realizado en varios �mbitos:

1. derechos humanos:
La presencia en las c�rceles, la visita, es la primera importante intervenci�n de tutela de los derechos humanos, que permite dar a conocer las eventuales violaciones, localizar las necesidades m�s urgentes, sustentar, donde sea necesario, un proceso legal. 
No es raro notar que, por motivos siempre unidos a la pobreza, algunos detenidos permanecen en prisi�n olvidados, incluso durante a�os, en espera de juicio o con pena ya cumplida, por falta de tutela legal. La intervenci�n de la Comunidad ha permitido dar a conocer y sanear centenares de casos de este tipo. 

2. formaci�n:
Otro derecho fundamental es el de la dignidad personal y la promoci�n de la persona. Por dicho motivo se organizan: 
- cursos de alfabetizaci�n, que finalizan con una examen de nivel elemental; 
- cursos profesionales para zapateros, silleros, carpinteros, trabajadores del cinc, trabajadores de la terracota. Esta formaci�n profesional prepara la reintegraci�n en la sociedad al vencer la pena. 

3. la ayuda alimenticia
La desnutrici�n y la malnutrici�n representan una pena m�s, un exceso de injusticia. La comida en efecto es el primer derecho que debe ser garantizado, fundamental para la supervivencia. Por eso, en muchas prisiones africanas, las Comunidades de Sant'Egidio locales visitan regularmente a los prisioneros y les llevan la comida. Este tipo de ayuda, unido en un principio a las fiestas de Navidad o Pascua, se ha convertido en una intervenci�n regular, que alcanza hoy a millares de personas. 

4. la ayuda sanitaria:
Junto a la comida, el derecho a la salud, condiciones higi�nicas humanas que garanticen la posibilidad de cura es otro derecho inalienable de todos. 
La Comunidad interviene para mejorar las condiciones de salud de los presos mediante peque�os proyectos. En algunas prisiones se han realizado intervenciones estructurales: 
Se han construido dos "Postos de sa�de", es decir dos peque�os hospitales, con un total de 17 camas, en las c�rceles de Lichinga y Cuamba; 
- se han reformado 12 letrinas y se ha renovado toda la instalaci�n hidr�ulica; 
- se han instalado "cisternas" para recoger el agua. 

 


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