Comunidad gitana sinto, Alemania
|
Soy una gitana sinti de Alemania, superviviente del Holocausto, tras haber sufrido en mi cuerpo experimentos médicos a manos de los nazis. Muchos de mis familiares y de mi pueblo fueron asesinados en los campos de concentración de Auschwitz, Dacha, Bergen Belsen, y otros. Allí conocieron la crueldad del nazismo y sufrieron mucho en su vida…
Yo provengo de un pueblo que ha sufrido mucho y todavía hoy es víctima de muchos actos racistas.
En esta ciudad donde todos sufrieron nace una pregunta: "¿de dónde vienen todas las discriminaciones y el odio? ¿Qué podemos hacer para que nunca más un hermano levante la mano contra el prójimo, alguien sea discriminado por ser extranjero, y por eso sea asesinado?”.
Hoy se unen las voces del sufrimiento del mundo, a las que se suman las de mi pueblo, que sufrió mucho también en esta tierra de Bosnia y Hercegovina por la guerra de 1992-1995. Estas voces se convierten en grito, llamamiento, que debe ser escuchado: “cambia tu corazón, ábrete al prójimo que todavía no conoces, que te parece extranjero y aprende a conocerle y a construir juntos un futuro nuevo".
Mi deseo es que tras estos días nazca en cada uno de nosotros una responsabilidad: luchar contra todo racismo, discriminación y odio. Es una lucha que debemos hacer trabajando juntos. Por eso estoy muy agradecida a la Comunidad de Sant’Egidio por haberme invitado a hablar ante más de 1.000 jóvenes europeos que fueron en peregrinación a Auschwitz. Siento que es mi deber no compadecerme de mí misma, sino explicar mi historia, para que pueda crecer una nueva generanción, que tenga respeto por todo hombre y por toda mujer, y sepa que toda acción malvada llevará, al final, a la catástrofe, como la de Auschwitz.
Estoy convencida de que juntos lograremos construir una sociedad, en Europa y en el mundo, en la que los gitanos sinti y rom, al igual que los demás pueblos, no sean discriminados, sino que puedan vivir sin miedo en un mundo humano donde se reconozca la belleza de la diversidad de los hombres y de su convivencia. ¡Convivir es el futuro!
|