El miércoles 4 de marzo toda la ciudad de Savé, en el centro de Benín, estaba de fiesta por la colocación de la primera piedra de la Casa Familia para ancianos de la Comunidad de Sant'Egidio. Allí vivirán algunos ancianos, amigos desde hace tiempo de la Comunidad, que ya no pueden estar solos. Tendrán un lugar familiar para vivir la dignidad de una edad que, también allí, en aquel país del África Occidental, colindante con Nigeria, empieza a dar miedo. Hay muchos prejuicios sobre los ancianos, que son considerados muchas veces brujos porque –según se dice– "viven demasiado". Y de ese modo, lo que es una bendición corre el riesgo de convertirse en una maldición y una "culpa". Pero no pasa lo mismo desde hace mucho tiempo con los ancianos de Savé: con los jóvenes de la Comunidad han entendido que son importantes. Y ya no quedan solos cuando necesitan ayuda.
A la ceremonia de colocación de la primera piedra, que se ha celebrado sobre el terreno en el que se levantará la Casa Familia, asistieron todas las autoridades de la ciudad, desde el alcalde hasta la Iglesia local y los jefes tradicionales. Todos hicieron fiesta alrededor de esta casa que nacerá marcada por la gratuidad: el terreno ha sido donado por una familia del lugar y la construcción será posible gracias a una parte de la colecta que las Comunidades de Sant'Egidio de todo el mundo han hecho para hacer en África modelos de convivencia entre ancianos que ya no pueden vivir solos. Casas que están protegidas por una red de apoyo y de atención donde los jóvenes están en primera fila.
El continente africano vive un problema que hasta hace poco tiempo parecía limitado a los países europeos o norteamericanos: el abandono de los ancianos por efecto del aumento de la esperanza de vida, fenómeno que va acompañado de una situación muy difícil desde el punto de vista económico. No hay más que pensar en el bajo número de pensiones que existe y en su escaso valor monetario.
De eso se ha hablado en una conferencia de prensa que se llevó a cabo ayer por la mañana en la casa de la Comunidad de Sant'Egidio de Cotonou, la capital económica del país, precisamente mientras el papa Francisco, desde la plaza de San Pedro, arontaba el probelma del abandono de los ancianos. LEE LAS PALABRAS DEL PAPA
El responsable de Sant'Egidio de Benín, Léopold Djogbédé, presentó a los medios de comunicación la Casa Familia de Savé y lanzó una campaña de sensibilización sobre el fenómeno creciente de los ancianos solos, sobre los prejuicios de los que son víctima y sobre la necesidad de construir una alianza entre generaciones. El ministerio de la Familia de Benín apoyó la iniciativa y ofreció su cooperación con la participación de la directora del departamento de Tercera Edad.
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