Los ancianos de Nampula y de Beira, dos ciudades de Mozambique muy distantes entre sí, están unidos por el Jubileo de la Misericordia, celebrado junto con la Comunidad de Sant'Egidio, que ha creado alrededor de los ancianos una red de amistad con los jóvenes y los demás habitantes de los barrios donde viven.
El domingo 2 de julio más de 1300 personas, entre ancianos, familiares y amigos de la Comunidad, cruzaron la Puerta Santa de la catedral de Nampula. Fue un día especial para muchos ancianos que hacía más de un año que no salían de su casa o del barrio. Para la ocasión, la Comunidad de Sant'Egidio involucró a todo el mundo, desde las parroquias hasta los líderes de los barrios, que ayudaron a los ancianos a salir para hacer esta peregrinación y romper el aislamiento que les rodea.
El mismo día, en Beira, unas 500 personas se reunieron ante la casa de la Comunidad de Sant'Egidio, desde donde empezó una procesión que atravesó las calles de la ciudad hasta llegar a la catedral. Muchos de los ancianos que estaban presentes son pobres, y a menudo se ven obligados a pedir limosna para poder sobrevivir. Son amigos de la Comunidad de Sant'Egidio desde hace años: todos los sábados acuden a la casa de la Comunidad donde reciben arroz y jabón.
La mayoría de ellos fueron "descartados" por sus familias, que los consideran brujos, porque basándose en supersticiones locales creen que han llegado a ancianos robando años de vida a los más jóvenes. La procesión por las calles de Beira junto a los jóvenes de Sant'Egidio les dio una nueva dignidad. Un signo de la misericordia de este Jubileo, que une todos los lugares del mundo donde los pobres vuelven al corazón de la Iglesia.
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