En los países musulmanes, durante el mes de Ramadán, es tradición romper el ayuno al atardecer con toda la familia. Es la fiesta del Iftar, que en indonesio se llama "buka puasa". Pero para aquellos que viven en la calle –y muchos amigos sin casa que viven en situaciones difíciles también observan escrupulosamente el ayuno– esta fiesta es imposible. Por eso, desde hace algunos años, la Comunidad de Sant'Egidio de Yakarta invita a los pobres sin domicilio y a las familias de la Escuela de la Paz a una gran cena de fiesta.
El título que eligió la Comunidad para el Iftar de 2014, que se celebró el domingo pasado en el Hall Siti Mariam de la parroquia de San Andrés de Yakarta, fue "La gratitud por la belleza de la fraternidad en la diferencia".
632 personas, que llegaron en 26 autobuses, cada una con su invitación personal en las manos, acompañadas por unos 200 voluntarios, se reunieron esperando la puesta de sol.
Tras la oración –un momento de emoción para muchos pobres– la manifestación continuó con una comida que comieron todos juntos en un clima de alegría, acompañado por música y cantos. "Estoy feliz porque cada año podemos romper el ayuno juntos. Gracias porque os acordáis siempre de nosotros", dijo Sutrisno, uno de los amigos de la calle que se refugian frente a las tiendas de la zona de Petojo, donde está la casa de la Comunidad de Yakarta.
Antes de volver a casa recibieron como regalo alimentos y refrescos. Todos se sienten felices, tanto los amigos que sirvieron como los que fueron servidos. No hay diferencia, como dijo el papa Francisco. Algunas mujeres, que forman parte de una asociación de mujeres católicas de la República de Indonesia, que vinieron para ayudar, expresan su felicidad y agradecimiento por haber participado en el evento. En todos resonaban las palabras de Jesús: “Mayor felicidad hay en dar que en recibir”.
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