La Comunidad de Sant’Egidio, desde hace algunos meses, ha empezado a buscar posibles maneras de ayudar a reducir los problemas y el sufrimiento en Siria, a causa de la terrible crisis actual.

Recientemente han empezado dos programas de ayuda para la población civil, implementados junto a los franciscanos y los jesuitas sirios, en Damasco y en la zona de Homs.

Damasco

La mayor parte de refugiados todavía están dentro de Siria. En los últimos meses han ido a Damasco muchas familias provenientes de Homs y otras ciudades, que lo han perdido todo.

Para dar una idea de las dimensiones del fenómeno, diremos que en Homs, hasta hace 17 meses, en la ciudad vieja, vivían al menos 90 mil cristianos de todas las denominaciones. Ahora han quedado unos cien, y un solo sacerdote.

El empobrecimiento es generalizado: incluso los que estaban bien económicamente han perdido la casa y el trabajo.

En Damasco hay una escuela que llevan unas monjas franciscanas, que es un punto de referencia y de ayuda para quien no tiene nada. Algunos refugiados reciben alojamiento, y otros son ayudados regularmente. Sant’Egidio está intentando reforzar el dispensario y se han empezado a repartir fármacos: medicamentos para enfermos crónicos, fármacos que salvan la vida a los que han salido del circuito sanitario.

Las semanas pasadas, una delegación de la Comunidad fue a Siria: además de entregar ayudas, se reunieron con los refugiados. Hay miedo –comprensible– a dejarse fotografiar, pero fueron muchos los que participaron con atención.

Ha empezado el reparto de fármacos. Los próximos días se intentará llegar a los refugiados y a las familias que pasan apuros en el norte del país, en el pueblo de Knajeh y alrededores, para así poder llegar a más personas.

Distribución de medicamentos en Damasco	Iglesia destruida en Homs

En la zona de Homs

El Ard Center está situado a 8 kilómetros de Al Quseir y no muchos más de Homs.

Desde allí se llega a los llamados Valles cristianos, donde las aldeas son atacadas y utilizadas como lugares estratégicos de los enfrentamientos. Hay 270 prófugos que superan la capacidad del Centro de los Jesuítas. La mayoría son mujeres y niños que provienen de las zonas próximas a los enfrentamientos. Hay también algunos voluntarios que ayudan a la acogida.

Desde finales de junio la Comunidad de Sant’Egidio ofrece su ayuda junto al JRS (Jesuit Refugee Service).

Los niños en el  Ard Center