Desde hace más de diez años la Comunidad de Sant'Egidio de Múnich visita a los ancianos de la residencia de Sankt Elisabeth, y hace la oración con ellos el sábado en la capilla de la residencia. Este año, al igual que el año pasado, hemos pasado unos días de vacaciones con los amigos ancianos y con algunos amigos que viven en la calle de la capital bávara. En el calor de este periodo, raro en Alemania, los días pasados en el Starnberger See, un lugar muy turístico y prestigioso cerca de Múnich, han sido realmente un descanso. Muchos ancianos nunca salen de la residencia, y por eso las vacaciones en el lago con los amigos han sido un momento para recordar todo el año, hasta la próxima salida.
Durante las vacaciones hicimos excursiones en barco y paseos por los bosques cercanos, recibimos a un grupo de estudiantes de instituto y de universidad de la ciudad, que van a ver periódicamente a los pobres por la calle y a los ancianos de la residencia Skt. Elizabeth, y a grupos de amigos de Austria. Fue muy interesante la conferencia sobre el programa DREAM para atender a los enfermos de sida en África, y que suscitó entre los ancianos el deseo de ayudar a quien es más pobre que ellos. Hildegard, de 83 años, hizo la propuesta, aprobada por unanimidad, de hacer una adopción a distancia colectiva, en nombre de la comunidad de los ancianos de Múnich.
La característica de estas vacaciones ha sido la amistad entre distintas generaciones. Los ancianos estaban realmente contentos de poder hacer de abuelos de los numerosos niños –de pocos meses a 5 años– que alegraron sus vacaciones. Entre la más pequeña, Mila, de casi 6 meses, y la más anciana, Hedy, había 92 años de diferencia.
De vuelta a la ciudad, en los próximos días, al igual que durante todo el año, los niños continúan visitando a los acianos con sus madres y preparan juntos las próximas fiestas en la residencia con los jóvenes.
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