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preparado por 
Silvia Marangoni

 

LA AYUDA PARA QUEDARSE EN CASA

Lucha contra el ingreso en una instituci�n

El deseo de quien es anciano es el de quedarse en su ambiente, en su casa, en su barrio. En los �ltimos 30 a�os, hemos trabajado en una perspectiva totalmente alternativa al ingreso: los ancianos viven, se curan, reaccionan mejor ante la enfermedad y la invalidez, si pueden permanecer en sus casas. En cambio se asiste a un repentino deterioro tanto f�sico como ps�quico y a veces a la muerte, cuando se ven obligados a recuperarse en una residencia. El ingreso en una instituci�n es la condena al aislamiento que a menudo quita al anciano las ganas de vivir. En las residencias se muere cuatro veces m�s que en casa: los ancianos dif�cilmente superan la separaci�n del propio ambiente familiar, no solo de las personas sino tambi�n de las paredes de casa, de los objetos y de los recuerdos que representan toda una vida. A menudo no les quedan motivos para vivir.

El servicio a los ancianos, en todos los rincones del mundo, quiere garantizar y salvaguardar el derecho del anciano a permanecer en su contexto de vida, manteniendo �ntegra su personalidad. Desgraciadamente se asiste, a menudo, a una verdadera desautorizaci�n de la posibilidad del anciano de querer y de decidir, de opinar sobre su vida. La Comunidad pone al servicio de los ancianos una serie de atenciones e intervenciones para salvaguardar la dignidad y el derecho a la autodeterminaci�n, que se hace necesaria e indispensable para acompa�ar a los ancianos en los momentos dif�ciles, m�s dolorosos, como los de la enfermedad y la muerte, para que puedan vivirlos de manera humana y digna.

 

Respeto por la autodeterminaci�n


Roma

Para muchos ancianos la no-autosuficiencia llega repentinamente y es dif�cil reorganizar la vida afrontando las nuevas necesidades asistenciales, tanto para quien est� mal como para quien se hace cargo de �l. Incluso la familia que quiere ayudar a su familiar inv�lido est� poco preparada, no sabe a quien dirigirse, a qu� subsidios tiene derecho, qu� servicios est�n disponibles. A menudo las dificultades objetivas y la soledad delante de los grandes problemas de reorganizaci�n de la vida familiar, llevan a la recuperaci�n en una instituci�n como �nica soluci�n razonable, que en la mayor parte de los casos no respeta la voluntad del anciano de permanecer en su casa.

La Comunidad ofrece asesoramiento, orientaci�n, y a veces ayuda concreta para para permitir a los ancianos que contin�en viviendo c�mo y d�nde desean.

Asistencia domiciliaria


Roma

 El compromiso m�s conspicuo est� dirigido a la asistencia domiciliaria para mejorar globalmente la calidad de la vida de los ancianos y para contrarrestar eficazmente el recurso al ingreso en una instituci�n. 

En las visitas a domicilio, m�s o menos frecuentes seg�n la necesidad, se ayuda al anciano en los problemas de la vida cotidiana, en la cura de la persona y a mantener relaciones sociales y afectivas significativas.

Las vacaciones

Cada a�o la Comunidad organiza estancias estivas ofrecidas particularmente a los ancianos no autosuficientes y que no tienen otras alternativas recreativas.

Los ancianos pasan sus vacaciones con las personas de la Comunidad con las que mantienen una relaci�n estable durante todo el a�o: son ocasi�n de gran familiaridad.


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