"Nuestros amigos que están en la Escuela de Pascoli de Messina, que se ha convertido en un centro de acogida, provienen de todo el sur del mundo. Son hombres, mujeres y niños que llegan de Siria, Pakistán, Afganistán, Mali, Níger, Etiopía, Eritrea... y algunos también de Gaza.
Vestidos con ropa de emergencia, alguno todavía lleva el chaleco salvavidas por camiseta y una manta a la cintura a modo de pantalón. Y todos, absolutamente todos, van descalzos, aunque llevan un pesado equipaje a hombros. Así lo revelan los ojos asustados y las historias que explican: es el peso del terror que han pasado durante su largo viaje, un viaje acompañado por una violencia atroz. Muchos explican a la policía que los traficantes de personas elegían al azar a sus víctimas, y que mataron al menos a unos sesenta, porque consumían aire de la atestada bodega. Los supervivientes han visto los cuerpos de sus compatriotas, amigos y parientes, apuñalados o asesinados con las manos, que desaparecían entre las olas. Todos estaban amenazados sin poderse mover, sintiendo el terror de poder ser víctimas del mismo trato mortal.
Muchos de ellos han perdido a familiares: la madre, el hermano, un amigo... Un padre y una madre han perdido a su hijo de dos años. Todos nos piden poder llamar por teléfono a casa o contactar por internet con sus familiares para poderles dar noticias. Nosotros lo hacemos y se sienten aliviados, y responden con una sonrisa a nuestra sonrisa.
Les damos ropa, zapatos y productos de primera necesidad (leche, agua, galletas) y además cada mañana la Comunidad se preocupa, en particular, de darles los buenos días sirviéndoles el desayuno. Trabajamos con mucha gente: la Comunidad de Sant'Egidio con numerosas asociaciones de Messina; y también son muchos los ciudadanos que han pasado por la escuela a dejar ropa, donativos en metálico y muchas otras cosas, para ayudarnos a cubrir sus necesidades.
Estos días nuestra familia ha crecido: se ha enriquecido con muchos hermanos y hermanas con menos suerte que nosotros. Nos hemos mezclado con ellos, y siempre que los hemos saludado les hemos dicho que, si los envían a otra ciudad y ya no nos vemos más, busquen la Comunidad de Sant'Egidio... porque encontrarán a nuestra familia que siempre les ayudará y estará con ellos. Por eso una amiga nuestra se ha preocupado de escribir el nombre de la Comunidad en un papel que ha dado a todos.
La Comunidad está trabajando con el ayuntamiento, Caritas, la comunidad islámica y muchas asociaciones de voluntariado para organizar las exequias de Hamed, el niño de dos años, de Damasco, Siria, que murió ahogado ante los ojos impotentes de sus padres. Las exequias se celebrarán el martes 29 de julio a las 17.00 h en Piazza Unione Europea".
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