Una ciudad reunida en oración para recordar a muchos emigrantes que han perdido la vida durante su viaje hacia Europa. Fue el 29 de octubre, en Civitavecchia, en la oración ecuménica "Morir de esperanza" organizada por la Comunidad de Sant'Egidio. Tras la oración que se celebró en la iglesia de los Santos Mártires Japoneses se hizo una procesión hasta el mar, donde con una barca neumática se depositaron flores benditas en recuerdo de las víctimas de los viajes de la esperanza.
En la oración, que estaba presidida por el obispo Luigi Marrucci, estaban presentes también representantes de las Iglesias Evangélicas Bautistas y de la Iglesia Ortodoxa de Civitavecchia. Junto a ellos, también las autoridades civiles y militares, entre los que estaba la vicealcaldesa Daniela Lucernoni y el almirante Giuseppe Tarzia, comandante de los puertos del Lacio, junto a numerosos oficiales de la Guardia Costera y de la Marina Militar que han participado en varias operaciones de salvación cerca de Lampedusa durante la operación Mare Nostrum. La oración congregó también a muchos habitantes de Civitavecchia, de todas las edades y proveniencias, que decidieron no olvidar a los refugiados que no lograron salvarse y rezar para que no se produzcan más tragedias en el Mediterráneo.
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