El 2 de agosto, el Día de Recuerdo del Porrajimos (el exterminio de los gitanos durante la Segunda Guerra Mundial), la Comunidad de Sant'Egidio ha celebrado una vigilia de oración ecuménica en la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús.
Al recuerdo de las víctimas del holocausto gitano se suma el de las víctimas de Kisléta, donde la noche del mismo día de 2009, fue asesinada Mária Balog y quedó herida su hija, entonces con trece años, en el último de la serie de asesinatos de origen racista que aquel mismo año provocó 6 víctimas y numerosos heridos entre los gitanos.
Estaban presentes también los representantes de la Conferencia episcopal y de las confesiones cristianas que hay en Hungría. Entre los numerosos fieles gitanos y no gitanos que encendieron velas para recordar a las víctimas estaba Éva Fahidi, testigo ocular de la masacre de los gitanos en Auschwitz-Birkenau entre el 2 y el 3 de agosto de 1944.
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