Savé es una pequeña ciudad de Benín alejada de la capital Cotonou, pero que desde hace un tiempo está en el centro de numerosas iniciativas.
Allí la Comunidad de Sant’Egidio empezó a trabajar contra los prejuicios que marginan a todos aquellos que, por su edad, o por su condición son considerados distintos.
Un buen número de jóvenes se ha hecho amigo de algunos ancianos abandonados y de algunos niños con una historia difícil que vivían apartados de la ciudad, vistos sin motivo alguno con desconfianza y miedo, y a veces incluso considerados “brujos” y, por tanto, alguien de quien había que permanecer lejos.
En este contexto Sant’Egidio organizó el domingo 30 de octubre, en el colegio católico local, un encuentro interreligioso, asociado al 25 aniversario del histórico encuentro de Asís impulsado por Juan Pablo II en 1986: una ocasión para decir “no” a los conflictos, grandes o pequeños, en nombre de la religión, y también para invitar a toda la población a dejar a un lado los prejuicios y a reconciliarse con todos los pobres y los marginados de la ciudad con un gran abrazo de paz.
La pequeña ciudad respondió positivamente con la participación de los máximos representantes locales de la Iglesia católica y protestante, de las religiones tradicionales, del islam y de las autoridades civiles.
Unos junto a otros y junto a los ancianos y los niños de la calle "invitados de honor" de la Comunidad.
Tras haber subrayado la necesidad de convivir juntos como único camino para construir la cohesión social se lanzó un fuerte llamamiento para una paz que nazca del cambio de los corazones.
Para subrayar su adhesión al llamamiento, al final de la ceremonia los representantes llevaron el procesión el “candelabro de la paz" antes de soltar algunas palomas, símbolo de la paz recuperada y por construir.
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La procesión con el "candelabro de la paz" |
Momento en el que se soltaron las palomas |
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