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COLECTA A FAVOR DE LAS VICTIMAS
DE LAS INUNDACIONES EN MOZAMBIQUE

Las ayudas que estamos mandando

Carta enviada el 27 de marzo de 2000
por la Comunidad de San Egidio de Maputo

 

Maputo, 27 de marzo de 2000

Las lluvias, que iniciaron el 6 de febrero de 2000, y que en los tres primeros d�as dejaron sin techo a muchas familias en varias zonas de la ciudad de Maputo, todav�a no se han acabado.
Hemos ido a los bairros [barrios] afectados para vivir de cerca el sufrimiento de la poblaci�n. En los bairros de Maxaquene, Ferroviario, Benfica, Inhagoi y Matola, muchas familias han visto sus casas inundadas y han perdido sus bienes.

En Polana-Cani�o la lluvia ha causado la erosi�n de partes enteras de las colinas, causando el hundimiento de las viviendas y dejando a muchas familias sin casa y bienes. Nuestra Escuela Popular se ha visto perjudicada y actualmente es inhabitable. Muchas familias nos han pedido ayuda. Hemos respondido llevando a cada n�cleo familiar paquetes con alimentos compuestos por: 5 Kg de harina, 5 Kg de arroz, 2,5 Kg de az�car, 2 Kg de jud�as, 1 litro de aceite, 1 Kg de sal, procedentes de las ayudas recogidas por otras comunidades en el mundo y por las comunidades mozambique�as de Beira y Quelimane.

En Magoanine hay un gran campamento, lejos de los n�cleos habitados y de dif�cil acceso. Llegan muy pocas ayudas y el hambre aumenta. Este campamento alberga centenares de personas que se han quedado sin casa por las inundaciones. Tambi�n all� hemos distribuido a unas 250 familias paquetes de alimentos (paquetes con 5 kg. de harina, 5 kg. de az�car, 5 kg. de jud�as, media barra de jab�n, 2,5 l. de aceite, 2 paquetes de galletas).

En este campo hemos conocido a una familia que ha perdido un hijo que hab�a enfermado al principio de las lluvias. La lejan�a de las poblaciones habitadas y su extrema pobreza a�ad�an al dolor por la muerte del chico la dificultad de darle sepultura. Les hemos ayudado a celebrar la ceremonia f�nebre.
Estamos continuando ayudando a nuestros amigos ancianos y ni�os que viven por calle, y que corren el riesgo de ser olvidados en este momento de gran necesidad colectiva. Cuando empezaron las lluvias les llevamos vestidos y comida y, tras comprobar que el hambre aumentaba, hemos decidido ayudarles regularmente.

Durante las distribuciones tambi�n hemos hospitalizado a un chico de 15 a�os, cuya familia vive en Chibuto, a unos 380 km. de Maputo. Nos sorprendi� que, durante la distribuci�n, rechazara la comida. Ten�a fiebre muy alta y no com�a desde hac�a casi una semana. Le hemos ingresado en el hospital y le garantizamos la alimentaci�n durante toda su hospitalizaci�n.

En el hospital hemos conocido a un ni�o de 13 a�os que tuvo un accidente de tren. Los funcionarios de los ferrocarriles le llevaron al hospital, d�nde le amputaron una pierna. Hab�a perdido todos los contactos con la familia y estaba completamente abandonado. Hemos empezado a llevarle comida, a visitarle, le hemos llevado ropa ya que todav�a llevaba la ropa del accidente manchada de sangre. Hemos intentado localizar a su familia, desplazada en una aldea a unos 80 km. de Maputo. Una vez acabada la recuperaci�n el chico ha podido volver a casa acompa�ado por algunas personas de la comunidad.

Muchos j�venes de la calle a los que hemos dado de comer nos han dado las gracias y nos han explicado que para saciar el hambre recogen el arroz que se encuentra por tierra en las puertas de los almacenes y lo cuecen con el cart�n. Nos han ense�ado la lata en que cocinan: es arroz mezclado con arena y peque�as piedras. Cuando les d�bamos la comida comentaban: "hac�a mucho tiempo que no comimos una comida preparada tan bien." Para ellos aquella comida era un lujo.

Desgraciadamente no ha parado de llover: el hambre, el n�mero de familias sin casa y sin nada continua aumentando; y nosotros pensamos seguir ayudando con lo que podamos.

Aurora Cateco Sousa