El 27 de abril se celebró en la universidad La Salle del centro de Manila una conferencia de presentación de la Comunidad, titulada “Amigos de Dios, amigos de los pobres”, en la que participaron estudiantes de instituto y de universidad, profesores, representantes de la Coalición contra la Pena de Muerte, y dos obispos auxiliares de Manila, junto a muchos amigos.
Tras haber explicado la historia de la Comunidad, también a la luz del Concilio Vaticano II, Marco Impagliazzo dijo que “frente a una ciudad tan grande, con tantos pobres, uno puede quedar dominado por la resignación. Pero Jesús enseña a no tener miedo a la debilidad, y nos pide que vayamos al encuentro de los débiles. Un cristiano no puede vivir lejos de los pobres, ni relegarlos al margen de su vida espiritual. En la alianza entre los pobres y los humildes hay un camino de esperanza para todos”.
Ambos obispos auxiliares manifestaron su simpatía y su aliento a la Comunidad. Monseñor Teodoro Bacani, que siguió su vida desde el inicio con amistad, expresó su alegría al ver a tantos jóvenes que se acercaban a la Comunidad, mientras que monseñor Pabillo deseó que la Comunidad se difundiera en las distintas zonas de la gran ciudad.
Al día siguiente, en el seminario diocesano, se celebró en un clima de alegría pascual, la asamblea de todas las comunidades de Metromanila, la gran aglomeración urbana (unos 20 millones de habitantes) que incluye y rodea la capital filipina.
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