Hace más de treinta años que la Comunidad de Sant'Egidio recuerda a las víctimas de la vida en la calle, a partir de la muerte de Modesta Valenti, una mujer sin domicilio fijo de 71 años que vivía en los alrededores de la estación Termini, donde se refugiaba por la noche para dormir.
El 31 de enero de 1983 Modesta se sintió mal precisamente estando en la estación Termini y el equipo de la ambulancia que acudieron a la llamada no quiso subirla a la ambulancia porque, a causa de las condiciones en las que vivía, estaba sucia y tenía piojos.
Modesta murió tras horas de agonía, esperando que alguien decidiera prestarle ayuda.
Su muerte marcó profundamente la amistad de la Comunidad de Sant'Egidio con los que no tienen domicilio fijo. Por eso, en el aniversario de su desaparición, recordamos en la liturgia a todos los “amigos por la calle” a los que la Comunidad se ha hecho cercana y que han perdido la vida, recordando a cada uno por su nombre. Con ellos, la Comunidad, a través del servicio en los comedores, las cenas itinerantes, los lugares de acogida, ha tejido a lo largo de los años relaciones de proximidad y de familiaridad, intentando mejorar las difíciles condiciones de su vida.
El recuerdo de Modesta y de los amigos de la calle, desde Roma, se ha difundido en muchos lugares donde la Comunidad está cerca de aquellos que viven y mueren sin un domicilio fijo.
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