La Comunidad de Sant'Egidio, una vez más, ha ayudado a los presos de la cárcel central de Douala, New Bell, llevando una carpa para protegerse del sol y de la lluvia.
El mes pasado muchos enfermaron gravemente y otros intentaron fugarse porque las condiciones de vida en la cárcel son insoportables: el edificio es antiguo, el techo es de chapa, y las celdas están sobrepobladas (en la cárcel, que se construyó para unas 1000 personas, hay actualmente unas 3200).
Muchos prefieren dormir al aire libre en el patio. Pero allí están expuestos a la intemperie y a la agresión de los insectos. Durante el día el calor en las celdas es tan sofocante que no se puede resistir. Y al aire libre hay poco espacio y el sol quema.
La carpa donada por la Comunidad de Sant'Egidio ayuda a resistir en una situación tan difícil. Da algo de cobijo por la noche y en los largos y cálidos días. Es un pequeño paso hacia una condición de vida menos inhumana en aquella gran y vieja cárcel. Por eso los detenidos la recibieron con alegría y agradecimiento.
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