Mientras continúa la crisis política en Burundi, la Comunidad de Sant'Egidio está al lado de las franjas más pobres de la población: niños y ancianos. Ayer, en el barrio de Kinama, en la periferia norte de Bujumbura, una delegación proveniente de roma, formada por monseñor Matteo Zuppi y el padre Francesco Tedeschi, ayudó a repartir una parte de la ayuda alimentaria recogida gracias a la campaña de solidaridad organizada por la Comunidad.
Había más de 300 personas entre ancianos y niños con sus familias, que recibieron un paquete de alimentos de 6 kg cada uno con legumbres, arroz, azúcar y jabón.
Los próximos días el reparto llegará a otros barrios de la ciudad, donde la vida es cada vez más difícil. Las manifestaciones y la crisis económica han llevado a cerrar muchos comercios, y para muchos ancianos que viven solos y no pueden desplazarse a otros barrios, este tipo de ayuda es fundamental para continuar viviendo. En este periodo muchos pobres de Burundi sufren a causa del aislamiento y de la violencia. La Comunidad, que les ayuda y los conoce personalmente, es una protección en un clima de conflicto en el que los pobres corren el peligro de ser las principales víctimas.
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